domingo, 27 de septiembre de 2009

El hombre, el único animal que cae dos veces en la misma piedra.


Nos encontramos ante una crisis económica de nivel mundial, sabiendo que la economía va por ciclos, no nos debería extrañar. La teoría de los ciclos económicos nos habla de las fluctuaciones de la actividad global, caracterizada por la expansión o la contracción simultánea de la producción en la mayoría de los sectores (Wesley Mitchell, 1927).

Estos ciclos se pueden descomponer en fases, esas son: crisis, recuperación o expansión, auge y recesión. Su longitud en el tiempo puede variar en función de la duración de cada una de estas etapas en el ciclo anterior. Se establecen tres tipos de ciclo: ciclos largos: (varios lustros), ciclos de mediana intensidad (cinco años) y ciclos cortos (de meses a pocos años).

Hace ya 80 años del famoso Crac del 29, no nos parecería descabellada la idea de que estos años hemos estado sumergidos en un ciclo largo que ahora agoniza llegando a su fin.

Leopoldo Abadía tiene su particular visión de la crisis y la expone en su libro La crisis ninja y otros misterios (Espasa, 2009) dónde nos explica de forma muy entendible el origen de la crisis actual:

Los bancos de EEUU bajan los intereses pero siguen necesitando hacer negocio, por tanto buscan personas “no rentables” (ninjas) para concederles préstamos con un elevado interés. Esto sería un suicidio de los bancos si no fuera por que el precio del ladrillo sube, por tanto si el ninja no paga, le embargan la casa, la venden a un precio superior al que costó y ya han hecho el negocio.

Como no tienen suficiente, estos bancos agrupan préstamos y hipotecas (buenas, medianas y subprimes) en paquetes y los venden como inversiones a bancos de todo el mundo. En el mercado interbancario se prestan dinero con un interés llamado euribor ( índice por el que se rigen las hipotecas). Como los bancos no saben la cantidad de subprimes que contienen los paquetes que compran, no se fían y suben los intereses (euribor), así los ciudadanos, pagamos más.

Es difícil saber el valor de estos paquetes ya que ni los bancos compradores lo saben, pero se calcula que Freddie Mac y Fanny Mae (entidades financieras) han vendido este tipo de paquetes financieros por valor de 5,3 trillones de dólares.

Ya en enero de este año Santiago Niño Becerra, profesor de la casa, anunciaba para este año unos niveles del paro de hasta el 20%, y efectivamente, aquí los tenemos. El gobierno dice que nos recuperamos, él que todavía no ha empezado lo peor.

Su explicación de la crisis en España se basa en el modelo económico, con una deuda privada del 200% del PIB y una producción (automóviles, casas) destinada a la compra con crédito. Si los bancos dejan de ofrecer créditos o la gente no puede pagarlos, no hay compra en esos dos sectores, y toda la economía del país, que se sustenta en ellos, cae.

Pero, una vez explicada un poco la crisis...ahora que?
Ahora toca esforzarse para salir de ella, pero que nadie espere volver a su vida anterior. A mi parecer el capitalismo ha pinchado y la solución no es ponerle parches. Se acabaron los tiempos de las segundas residencias, de tener dos coches y de los viajes a Nueva York. Llega el decrecimiento. El hiperconsumo (el 20% de la población consume el 80% de los recursos naturales) nos ha llevado a esta situación, la sensación de estado del bienestar nos invitaba a todos a consumir por encima de nuestras capacidades.

Los recursos naturales se agotan, el petroleo tarde o temprano desaparecerá y una solución podría ser la energía nuclear, pero dejando de lado los problemas medioambientales, se calculan cantidades de uranio para 60 años (Niño Becerra, 2009), si se dobla la producción esa cantidad se divide por dos. Por tanto, que nos queda?

Las energías renovables, hay mucho campo por investigar aún, pero hoy en día casi de cualquier cosa se puede sacar energía. Con un modelo más sostenible y dejando de lado la globalización centrándonos más en ámbitos locales, guiándonos por principios éticos y morales, sancionando a los que se extralimiten. Básicamente, entendiendo que el mundo no es nuestro, sino que somos parte de él.